Lectura(s) de hoy: Isaías 5:1-7, Salmos 80:9, 12, 13-14, 15-16, 19-20, Filipenses 4:6-9
«Lecturas del Domingo»
PRIMERA LECTURA
Voy a cantar en nombre de mi amigo el canto de mi amado a su viña. Mi amigo tenía una viña en una loma fértil. La cavó, la limpió de piedras y la plantó con cepas escogidas; edificó una torre en medio de ella y también excavó un lagar. El esperaba que diera uvas, pero dio frutos agrios. Y ahora, habitantes de Jerusalén y hombres de Judá, sean ustedes los jueces entre mi viña y yo.
¿Qué más se podía hacer por mi viña que yo no lo haya hecho? Si esperaba que diera uvas, ¿por qué dio frutos agrios?
Y ahora les haré conocer lo que haré con mi viña; Quitaré su valla, y será destruida, derribaré su cerco y será pisoteada. La convertiré en una ruina, y no será podada ni escardada. Crecerán los abrojos y los cardos, y mandaré a las nubes que no derramen, lluvia sobre ella. Porque la viña del Señor de los ejércitos es la casa de Israel, y los hombres de Judá son su plantación predilecta. ¡Él esperó de ellos equidad, y hay efusión de sangre; esperó justicia, y hay gritos de angustia!
SEGUNDA LECTURA
Tú sacaste de Egipto una vid,
expulsaste a los paganos y la plantaste;
extendió sus sarmientos hasta el mar
y sus retoños hasta el Río.
¿Por qué has derribado sus cercos
para que puedan saquearla todos los que pasan?
Los jabalíes del bosque la devastan
y se la comen los animales del campo.
Vuélvete, Dios de los ejércitos,
observa desde el cielo y mira:
ven a visitar tu vid,
a cepa que plantó tu mano,
el retoño que tú hiciste vigoroso.
y nunca nos apartaremos de ti:
devuélvenos la vida e invocaremos tu Nombre.
¡Restáuranos, Señor, Dios de los ejércitos,
que brille tu rostro y seremos salvados!
EVANGELIO
No se angustien por nada, y en cualquier circunstancia, recurran a la oración y a la súplica, acompañadas de acción de gracias, para presentar sus peticiones a Dios. Entonces la paz de Dios, que supera todo lo que podemos pensar, tomará bajo su cuidado los corazones y los pensamientos de ustedes en Cristo Jesús.
En fin, mis hermanos, todo lo que es verdadero y noble, todo lo que es justo y puro, todo lo que es amable y digno de honra, todo lo que haya de virtuoso y merecedor de alabanza, debe ser el objeto de sus pensamientos. Pongan en práctica lo que han aprendido y recibido, lo que han oído y visto en mí, y el Dios de la paz estará con ustedes.
Rezar: Padre Nuestro, Ave María y Gloria.
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