
Oh Dios mío, estoy arrepentido de todo corazón por haberte ofendido y detesto todos mis pecados, por la Gracia del cielo que perdí y por el infierno que merecí, pero mucho más me pesa el haberte ofendido a Ti, mi Dios, que eres bueno y merecedor de todo mi amor. Resuelvo firmemente, con la ayuda de Tu Gracia, confesar mis pecados, cumplir la penitencia que me sea impuesta y enmendar mi vida. Amén.