Lectura(s) de hoy: Deuteronomio 26:4-10, Romanos 10:8-13, Lucas 4:1-13
«Lecturas del Domingo»
PRIMERA LECTURA
Bendito será el fruto de tus entrañas y el fruto de tu tierra, las crías de tus burras, el parto de tus vacas y ovejas. Benditos tu canasta de frutos y tu reserva de pan. Bendito serás cuando salgas y bendito también cuando vuelvas. Yavé hará huir ante ti a los enemigos que te ataquen; por un camino saldrán a tu encuentro y por siete huirán de ti.
Yavé ordenará a la bendición que esté contigo en tus graneros y en tus empresas para que seas bendecido en la tierra que Yavé, tu Dios, te da.
Yavé hará de ti su pueblo santo, como te ha jurado si tú guardas sus mandamientos y sigues sus caminos. Todos los pueblos de la tierra verán que te protege el Nombre de Yavé, y te respetarán.
SEGUNDA LECTURA
Y luego se dice: Muy cerca de ti está la Palabra, ya está en tus labios y en tu corazón. Ahí tienen nuestro mensaje, y es la fe.
Porque te salvarás si confiesas con tu boca que Jesús es Señor y crees en tu corazón que Dios lo resucitó de entre los muertos. La fe del corazón te procura la “justicia”, y tu boca, que lo proclama, te consigue la salvación. La Escritura ya lo dijo: El que cree en él no quedará defraudado.
Así que no hay diferencia entre judío y griego; todos tienen el mismo Señor, que es muy generoso con todo el que lo invoca; porque todo el que invoque el Nombre del Señor se salvará.
EVANGELIO
Jesús volvió de las orillas del Jordán lleno del Espíritu Santo y se dejó guiar por el Espíritu a través del desierto, donde fue tentado por el demonio durante cuarenta días. En todo ese tiempo no comió nada, y al final sintió hambre. Entonces el diablo le dijo: «Si eres Hijo de Dios, manda a esta piedra que se convierta en pan.» Jesús le contestó: «Dice la Escritura: El hombre no vive solamente de pan.»
Lo llevó después el diablo a un lugar más alto, le mostró en un instante todas las naciones del mundo y le dijo: «Te daré poder sobre estos pueblos, y sus riquezas serán tuyas, porque me las han entregado a mí y yo las doy a quien quiero. Si te arrodillas y me adoras, todo será tuyo.» 8 Jesús le replicó: «La Escritura dice: Adorarás al Señor tu Dios y a él sólo servirás.»
A continuación el diablo lo llevó a Jerusalén y lo puso en la muralla más alta del Templo, diciéndole: «Si tú eres Hijo de Dios, tírate de aquí abajo, pues dice la Escritura: Dios ordenará a sus ángeles que te protejan; y también: Ellos te llevarán en sus manos, para que tu pie no tropiece en ninguna piedra.» Jesús le replicó: «También dice la Escritura: No tentarás al Señor tu Dios.»
Al ver el diablo que había agotado todas las formas de tentación, se alejó de Jesús, a la espera de otra oportunidad.
Rezar: Padre Nuestro, Ave María y Gloria.
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